Ecosistemas en pugna: un estudio comparado de las campañas transmedia de Mamdani y Milei

La comparación entre la campaña de Zohran Mamdani en la ciudad de Nueva York y la de Javier Milei en Argentina permite observar dos modelos divergentes de articulación transmedia, cuyas lógicas narrativas, organizativas y tecnopolíticas presentan contrastes significativos.

Stella Regis

11/21/20253 min read

Para su evaluación sistemática se aplicó una Transmedia Scorecard construida a partir de seis dimensiones analíticas propuestas por la literatura especializada: coherencia narrativa, participación y co-creación ciudadana, diseño del ecosistema de plataformas, viralidad significativa, movilización territorial y legitimidad distribuida (Jenkins, 2006; Scolari, 2013; Phillips, 2012).

En el caso de Mamdani, los indicadores presentan puntajes elevados. Su narrativa centrada en la crisis del costo de vida funcionó como un marco interpretativo transversal que articuló diversas políticas públicas bajo un relato consistente y fácilmente reconocible (Reuters, 2025). Esta coherencia narrativa facilitó la expansión del mensaje en múltiples soportes y comunidades, en línea con lo que Jenkins (2013) denomina spreadability o capacidad de circulación cultural significativa. La participación ciudadana fue otro eje central: la campaña se apoyó en más de 100.000 voluntarios, que generaron relatos locales, testimonios y microformatos distribuidos en redes personales y entornos cara a cara (The Guardian, 2025). Esta dinámica se aproxima a lo que Couldry (2008) describe como la emergencia de espacios de narración social que producen sentido más allá de los medios tradicionales.

En términos de ecosistema transmedia, la campaña fue catalogada como digitalmente hábil (AP News, 2025) y se integró en un mercado de influencia basado en la confianza distribuida, donde la participación visible de distintos actores funciona como vector de legitimación (Pentagroup, 2025). TikTok operó como plataforma de pedagogía política afectiva, Instagram reforzó la estética de proximidad y los medios tradicionales aportaron legitimación institucional. A ello se sumó una movilización territorial que retroalimentó lo producido en el entorno digital, generando un circuito continuo entre acción online y offline, en consonancia con los principios de convergencia comunicacional descritos por Jenkins (2006).

En contraste, la campaña de Milei presenta también componentes transmedia potentes, pero su lógica responde a dinámicas distintas. La narrativa de la libertad actuó como eje articulador, aunque su expansión estuvo marcada por una proliferación heterogénea y, en ocasiones, contradictoria de interpretaciones producidas por comunidades libertarias. La principal fortaleza radicó en la producción memética descentralizada, caracterizada por altos niveles de viralidad, fenómeno que coincide con las descripciones de Jenkins (2009) sobre la creación de valor en entornos de contenido de alta difusión. Sin embargo, la integración territorial fue menor y la legitimidad se concentró en la figura del candidato, generando una arquitectura narrativa menos distribuida y más personalista.

En conjunto, ambas campañas muestran que la eficacia de las narrativas transmedia en el campo político depende no solo de su capacidad para viralizarse, sino también de su coherencia interna, su potencial de co-creación comunitaria y su articulación entre plataformas y territorios. Mientras la campaña de Mamdani se aproxima a un modelo integrado y cooperativo, la de Milei descansa en una energía digital intensa pero menos estructurada. La Transmedia Scorecard aplicada permite visibilizar estas diferencias y constituye una herramienta sólida para comparar cómo los relatos políticos se producen, circulan y movilizan afectos en democracias contemporáneas atravesadas por la convergencia mediática.

Referencias